Si tus trabajadores están bien, tu empresa también lo estará. Para eso es necesario tener una visión amplia sobre la ejecución de tareas con respecto a la seguridad y salud en el trabajo. Si quieres saber cómo hacerlo, sigue leyendo y conoce las 3 etapas para una eficiente Gestión de Riesgos.
La Gestión de Riesgos se basa en procesos sistemáticos para identificar los peligros en el ámbito laboral, evaluar el riesgo e implementar medidas de control, para contar con un lugar de trabajo seguro para cada una de las personas que forman parte de la organización.
¿Sabías que anualmente 2.3 millones de personas a nivel mundial son víctimas de accidentes o enfermedades de trabajo? Esto según las cifras entregadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por eso la importancia de manejar los riesgos de manera efectiva.
En Chile se entiende por «accidentes del trabajo» al total de accidentes de trabajo ocurridos a los trabajadores protegidos (dependientes declarados e independientes adheridos a una Mutualidad de Empleadores).
Particularmente, en nuestro país en el 2021 ocurrieron 144.576 accidentes laborales, de acuerdo con los registros de la Superintendencia de Seguridad Social.
Ante estas cifras, se hace cada vez más necesario contar con una eficiente gestión de riesgos, que permita eliminar y/o minimizar todos los peligros existentes dentro del ambiente laboral.
Esquemáticamente, el proceso de evaluación y Gestión del Riesgo puede representarse de la siguiente manera:
Pero incluso dentro de la Gestión de Riesgos se encuentran dos elementos de suma importancia:
Todo ello se realiza a través de tres etapas:
Identificación de peligro
Detectar cuál es el agente que eventualmente podría ocasionar un daño a partir de las siguientes actividades:
Su objetivo es determinar la probabilidad de ocurrencia del evento peligroso y las consecuencias o severidad del mismo.
Una vez hecha la primera evaluación, se consideran los valores de probabilidad y consecuencia con los actuales controles operacionales, o las actuales medidas de control que se han establecido, determinando la Magnitud del Riesgo residual.
En esta se estima la magnitud del riesgo al cual se está expuesto, esto se realiza basándose en la relación entre la probabilidad y consecuencia estimadas.
Luego de esta valoración se determina si el riesgo detectado está o no en los límites de tolerancia establecidos en la legislación o reglamentos internos, para luego establecer las acciones de control o prevención pertinentes al caso.
Hoy en día, es de suma importancia que existan supervisores de área encargados de mantener al día la Identificación de Peligros y la Evaluación de Riesgos (IPER). Y es que, sin duda, velar por garantizar las mejores condiciones laborales posibles se traduce en una empresa exitosa, que se preocupa por el bienestar de sus colaboradores.