Hoy más que nunca, la gestión de calidad es un factor clave para reducir riesgos clínicos y legales, mejorar la experiencia de atención y fortalecer la confianza de pacientes, familias y comunidades.
La calidad en salud se entiende como la capacidad de brindar servicios seguros, efectivos y centrados en la persona, cumpliendo con estándares que pueden ser evaluados periódicamente. Esto implica:
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El Modelo de Aseguramiento de la Calidad y la Acreditación en Chile y otros países de la región establece parámetros que permiten garantizar la seguridad asistencial y la mejora continua, con énfasis en tres pilares:
Estos pilares buscan minimizar eventos adversos y asegurar que las instituciones pongan al paciente en el centro de su labor. En la siguiente imagen podemos identificar las tres etapas del modelo de gestión de calidad total en salud con sus características:
Existen medidas prácticas que los prestadores de salud pueden implementar para elevar sus estándares de calidad y avanzar en procesos de acreditación:
Definir protocolos de atención, establecer objetivos medibles y anticipar riesgos clínicos es esencial para prevenir errores y responder a las expectativas de los pacientes.
El análisis de registros de salud, indicadores de resultados y reportes de seguridad permite identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones basadas en evidencia.
La gestión de calidad requiere equipos multidisciplinarios con roles claros, liderazgo efectivo y cultura de seguridad. Herramientas como el Ciclo PDSA (Planificar, Hacer, Estudiar y Actuar) son clave para implementar mejoras progresivas.
La acreditación no es solo un trámite administrativo: es un cambio cultural que debe involucrar a todos los actores de la organización, priorizando factores humanos y comunicación efectiva sobre los meramente tecnológicos.
La mejora continua exige revisar prácticas clínicas, compartir aprendizajes y mantenerse actualizado con literatura científica y protocolos nacionales e internacionales.
Los procesos de acreditación son más que un requisito normativo:
En definitiva, mejorar la calidad, la seguridad y avanzar en la acreditación en salud requiere liderazgo, compromiso institucional y profesionales preparados. Apostar por la formación continua es el camino más efectivo para lograrlo.
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