Muchas organizaciones han comenzado a repensar sus modelos de liderazgo, buscando entornos que permitan a los trabajadores desarrollar todo su potencial y creatividad. Sin embargo, aún persisten estructuras rígidas que limitan esa evolución.
Por eso, es más importante que nunca capacitarte para adquirir las herramientas necesarias para ejercer un liderazgo positivo instaurando la confianza en tu equipo.
Las empresas que siguen funcionando de esa forma y no han logrado dar el salto cualitativo hacia un trabajo de equipo, prefieren las prácticas autoritarias que fomentar la confianza en los demás, donde las decisiones y procesos son más colaborativos y horizontales.
Pensar en compañías centradas en modelos de gestión tradicionales, progresivamente va perdiendo fuerza, ya que la capacidad transformadora será la ventaja competitiva de las organizaciones del futuro.
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El liderazgo tradicional: Un modelo que está quedando atrás
Si de modelos históricos hablamos, el trabajo antes se regulaba a través del mando y control, que consistía en ordenar exactamente lo que había que hacer y, en segundo lugar, controlar lo que se hiciera, por lo tanto, se desaprovechaba el potencial productivo de los trabajadores.
Por suerte, cada vez son más las empresas que abandonan el modelo de “mando y control” para liderar equipos efectivos.
Y es que a través de diferentes experiencias se ha descubierto que los trabajadores logran mejores resultados en aquellas organizaciones donde se preocupan por crear relaciones de trabajo cuyo piso es la confianza.
Así pues, se revela la valiosa misión de los líderes de cara a los nuevos tiempos a trabajar e incluso ser protagonistas para crear y mantener la confianza en las empresas, en los Gobiernos o en cualquier institución que pretenda crecer en el tiempo.
¿Sabes qué tipo de empresa lideras?
Actualmente, en el mundo de los negocios conviven tres tipos de empresas: la tradicional, la emergente y un híbrido entre estas dos categorías:
La crisis del “mando y control” en las empresas tradicionales
El trabajador de la empresa tradicional se vuelve muy obediente, porque las consecuencias de no serlo pueden ser aterradoras.
En la medida en que las cosas funcionan bien, las relaciones de trabajo entre el jefe y sus colaboradores pueden ser amables, pero cuando se está cerca de la línea de incumplimiento, este ambiente cambia y aflora la base sobre la que se sostiene la empresa tradicional.
No obstante, Rafael Echeverría en su libro La Empresa Emergente (2000) sostiene que el “mando y control” está en crisis. Pues cada día surgen nuevas modalidades de organización, donde las compañías evitan aplicar el paradigma de la empresa tradicional, porque aseguran que no las llevará al éxito que tanto ansían.
Todo esto nos pone ante una realidad que revela los síntomas de la mencionada crisis del “mando y control”:
- Pérdida de efectividad.
- Imposibilidad de mandar y controlar trabajadores con conocimientos y capacidades diferentes.
- Pérdida de la eficacia del miedo.
¿Cómo son los nuevos líderes de empresas emergentes?
Por otra parte, en las empresas emergentes el jefe-capataz, que ordena y evalúa, desaparece. El líder o jefe, en tanto, está principalmente para cumplir dos funciones:
- Certificar que aquello que realiza el trabajador sea coherente con lo que quiere la empresa.
- Asegurarse que el colaborador pueda hacer su trabajo en las mejores condiciones posibles, para poder alcanzar su máximo rendimiento.
Sin embargo, para tener este tipo de liderazgo se necesita un entorno muy diferente al del jefe – capataz, pues se basa en orientar la labor de los otros, contrario a indicarles qué y cómo hacer.
Modelos híbridos en empresas: El liderazgo que se adapta al cambio
En ellas ocurre que, a pesar de que el carácter del trabajo ha cambiado, el estilo de liderazgo en las organizaciones ha mantenido rasgos del jefe-capataz, característico de la empresa tradicional.
Es así como algunas compañías enfocadas en cambiar las prácticas del “mando y control” han empezado a contratar servicios de coaching que les entreguen experiencias de aprendizaje que los individuos y equipos no pueden desarrollar por sí mismos.
El líder de la empresa del futuro debe ser alguien capaz de identificar los obstáculos que obstruyen el desempeño y el aprendizaje de su gente, y desarrollar intervenciones capaces de enfrentarlos y hacerlos desaparecer.
Liderar con confianza no es solo una tendencia, es una necesidad urgente en las empresas que quieren atraer talento, retenerlo y lograr resultados sostenibles. En un mundo donde la innovación y el trabajo en equipo ganan cada vez más terreno, el liderazgo positivo será la clave para construir organizaciones más humanas, eficientes y preparadas para el futuro. ¿Estás listo para dar el siguiente paso?
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