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A continuación, podrás informarte sobre las principales patologías profesionales en Chile y el mundo, y revisar cómo evitar las enfermedades laborales en las empresas.
Muchas veces, pese al sufrimiento y a las grandes pérdidas provocadas por las enfermedades profesionales, estas permanecen casi invisibles en comparación a la atención que tienen los accidentes laborales.
Se estima que las enfermedades ocasionadas por el trabajo matan incluso seis veces más trabajadores que los accidentes del trabajo en el mundo (ILO, 2011). En el mismo sentido, se indica que en los países industrializados las muertes provocadas por accidentes relacionados con el trabajo presentan una disminución, mientras que las muertes por enfermedad profesional van en aumento (OMS/OIT, 2005). Esto sin duda hace necesario darle la debida importancia a estas patologías.
En el mundo existen diferencias de criterio respecto de la forma en que se define la relación entre el daño a la salud y el trabajo. La tercera edición de la Enciclopedia de Seguridad y Salud Ocupacional, de la OIT, hace una distinción entre las enfermedades causadas por el trabajo y aquellas que son agravadas por el trabajo.
En 1987, un comité conjunto OMS/OIT propuso que el término “Enfermedades relacionadas con el trabajo” para designar a estas dos categorías. Sin embargo, esta propuesta no es de fácil implementación y la discusión al respecto no está cerrada.
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Las causas de las enfermedades laborales son múltiples, y es que están relacionadas directamente a las actividades que desarrolla cada trabajador. De esta forma, existen diferentes tipos de lesiones que se dan durante el ejercicio de estas labores, como las osteomusculares, aquellas relacionadas a las extremidades superiores y también las ligadas a movimientos que se repiten a diario.
Por otro lado, existen enfermedades de carácter psicológico, ligadas a la presión que experimentan los trabajadores en el día a día, o al estrés propios de la ejecución de sus cargos. Además, también se presentan enfermedades graves causadas por la exposición permanente y constante a tóxicos y a su mala ejecución, lo que puede llegar a generar enfermedades degenerativas, e incluso en algunos casos cáncer.
Entre los causantes de enfermedades laborales, se pueden identificar principalmente 3 tipos de agentes peligrosos:
Se presentan en labores en las que los trabajadores se ven expuestos a sustancias químicas como: arsénico, asbesto, bromo, plomo, monóxido de carbono, y cianuro de hidrógeno, entre otros. Principalmente, estos trabajos están relacionados al trabajo con fertilizantes, minería, extracción de sustancias naturales, esterilización de agua y construcción, entre otras.
Se relacionan a labores que involucran fuerza, trabajos de cultivo, posiciones forzadas, movimientos repetitivos, posturas incómodas, exposición al ruido, etc. Estos agentes están presentes en múltiples trabajos como: actividades agrícolas, prestación de servicios de salud, labores de seguridad, construcción, industria textil y mecánica, entre otras.
Están relacionados a manipulación y embalaje de diversos elementos, construcción, inhalación de partículas y polvo, peluquería, industria textil y minería, entre otras. Entre las enfermedades más ligadas a estos agentes encontramos: rinitis alérgica, asma, tuberculosis y silicosis, etc.
En 1992 un simposio internacional de salud ocupacional propuso a los países adoptar las siguientes categorías en relación a enfermedad y trabajo:
Enfermedades causadas por el trabajo, en las que existe una relación causal directa, generalmente relacionada con un agente específico.
Enfermedades relacionadas con el trabajo, en la que la causalidad el múltiple y el trabajo es una de dichas causas.
Enfermedades que ocurren a los trabajadores, en las que no existe una relación causal con los agentes presentes en los lugares de trabajo, pero que pueden ser agravadas por ellos.
Revisemos a continuación los resultados de algunos estudios epidemiológicos y estadísticos relacionados a las enfermedades.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce que sus registros acerca de las enfermedades profesionales son incompletos. La sub-notificación de casos, la precariedad o ausencia de servicios orientados a la salud ocupacional, las discrepancias acerca del origen laboral de las enfermedades y la larga latencia de las mismas han contribuido a tener resultados poco representativos de la realidad.
A pesar de este margen, la OIT estima que a nivel mundial cada día fallecen alrededor de 5.500 personas a consecuencia de enfermedades generadas, o agravadas por el trabajo.
En el caso de Chile se estima que los datos igualmente tienen fallas en el registro del número de casos (sub notificación). De acuerdo a los datos disponibles por las Mutualidades de Empleadores, en los últimos 5 años se notificaron 27.873 casos de enfermedades profesionales. Sin embargo, si consideramos además los datos del Instituto de Seguridad Laboral, el número de casos de enfermedades profesionales debería ascender a 38.621 al año.
El documento Panorama Mensual Seguridad y Salud en el Trabajo, publicado por la SUSESO, describe otra aproximación a la situación en Chile. El análisis hace referencia al incremento en el peso de las enfermedades laborales en Chile en relación al daño a la salud de los trabajadores, en comparación con los accidentes del trabajo y a los problemas de diagnóstico y de sub-notificación.
Respecto de los diagnósticos más frecuentes, el documento indica que en base a las cifras recolectadas por la SUSESO, provenientes de las Mutualidades, el 48,3% de los casos corresponden a enfermedades osteomusculares, 35% a salud mental y 9,2% a causas dermatológicas e higiene ocupacional.
Por ejemplo, ya en el año 2015, consultaron 13.859 trabajadores en la Mutual de Seguridad por sospecha de enfermedad profesional, a los que se les realizó peritaje según tipo de patología:
56,11% de las consultas correspondió a patología musculoesquelética.
19,84% correspondió a patología de salud mental.
4,87% correspondió a patología otorrinolaringológica.
4,75% correspondió a patología dermatológica.
2,4% de consultas fueron por patología broncopulmonar.
12,03% correspondió a consulta por otras patologías.
Si bien es cierto, de acuerdo a las malas prácticas que se llevan a cabo en las empresas del país, puede parecer algo imposible de erradicar, pero aquí te damos unos consejos que debes tomar en cuenta:
Capacitar constantemente a los colaboradores sobre la normativa correspondiente en términos de seguridad y salud.
Cuidar el mantenimiento de los espacios y las instalaciones, previniendo los principales peligros como tropiezos, caídas y resbalones.
Implementar constantemente prácticas de higiene ocupacional y seguridad.
Informar siempre a los trabajadores sobre los elementos peligrosos presentes en los lugares de trabajo.
Evaluar siempre los riesgos como primer paso, garantizando así la salud y seguridad de los colaboradores. En base a esto tomar las medidas según el grado de riesgos que involucra cada labor.
Ser responsable y utilizar equipo de protección personal.
Como ves, los trabajadores estamos expuestos día a día a múltiples peligros y riesgos. Sin duda la clave para fomentar la seguridad en nuestras empresas es capacitarse, y quizás un Diplomado en Salud Ocupacional es justo lo que necesitas para aprender más sobre la normativa vigente y su aplicación.
Este artículo pertenece a un extracto de la clase “Principales enfermedades profesionales" del curso "Introducción a la Salud Ocupacional".
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