Estrés laboral: 5 técnicas para prevenirlo

El miedo al fracaso, los grandes retos, la frustración y la sobre exigencia, pueden ser algunas de las causas que nos generan estrés laboral. Esto sin contar los desafíos que cada persona debe experimentar en su cotidianidad. Sabemos que el último año se ha vuelto cada vez más difícil, y tener a mano las herramientas para enfrentar cualquier situación, es una gran ayuda.

¿Sabías que de cierto modo el estrés es saludable?, es más, es una reacción fisiológica considerada normal, ya que nos permite estar motivados y atentos ante nuevas oportunidades, o incluso ante el peligro. Sin embargo, la exposición constante a este es lo que se puede tornar perjudicial para la salud.

El estrés laboral no solo afecta psicológicamente, sino que a largo plazo también puede ocasionar grandes problemas físicos y emocionales. Además, no solo es un problema para la persona que lo sufre, ya que también trae efectos negativos a su círculo cercano, la organización donde trabaja y en el resto de sus contrapartes.

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Teniendo en cuenta lo anterior, no existe una fórmula mágica para eliminar el estrés de forma permanente, pero hay ciertas técnicas que puedes poner en practicar para mejorar la forma en que enfrentas los problemas, sin perjudicar tu salud.

5 técnicas para prevenir el estrés laboral

1. Aprovecha los momentos que más te favorecen:

Debes hacer todo lo que está a tu alcance para realizar las tareas pendientes, al menos las más importantes. Para ello, la clave es aprovechar aquellos momentos de la jornada en que sabes que podrás desempeñarte mejor. Por ejemplo, algunas personas tienen más facilidad y se sienten más a gusto trabajando durante la mañana, otras durante la noche.

2. Acepta la ayuda de los demás:

Aceptar ayuda, o incluso pedirla cuando la necesites, es la forma más efectiva de reducir la carga de trabajo. Además, hacerle sentir a quienes te rodean que son útiles, es una forma de reconocerle aspectos positivos, lo que a su vez permite mejorar la relación. 

3. Mantén expectativas realistas en cuanto al desempeño propio y ajeno:

Si bien es positivo mantener una actitud abierta hacia la colaboración de los demás, también es clave ser realistas en cuanto a lo que ellos puedan hacer. Esperar demasiado de los otros, y luego ver que no cumplieron ciertas expectativas causa mayor estrés.

Para darnos cuenta de si las propias expectativas son realistas o no, es útil formularse la siguiente pregunta: ¿Le estoy pidiendo a esta persona más de lo que yo podría dar en sus circunstancias? Las expectativas desmedidas sobre las propias capacidades pueden ser aún más perjudiciales.

4. No dejes de escuchar a los demás:

Los demás también pueden colaborar contigo y aportarte datos que te faciliten, e incluso ayuden a encontrar soluciones. Escuchar con paciencia fomenta las relaciones y te evita estrés.

Por ejemplo, intentar apurar a los otros cuando te hablan, o ser demasiado breves o directos al hablarles para ganar tiempo, sin contemplar las circunstancias o los sentimientos de ellos, va tensando las relaciones.

5. ¿Puedes controlar una situación que no puedes o no deberías intentar controlar?:

Cuando una situación te resulta estresante, es necesario preguntarse qué tanta responsabilidad realmente tienes en ella y que tan pertinente es tu intervención. Es decir, ¿hasta qué punto le dedicas tiempo a una tarea para que salga bien? o ¿estás prestándole atención a algo que no te concierne?

Ten siempre en cuenta que somos humanos y es normal que las cosas no siempre salgan como las planeamos. En el estrés intervienen diversos factores, entre ellos los personales, que tienen un papel emocional importante, y que al final pueden marcar diferencias esenciales entre un caso y otro. Valorar tus errores y aprender de los mismos, no solo tiene efectos positivos en la reducción del estrés, sino que también va a beneficiar tu autoestima y fortalecerá tu crecimiento personal.

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