Hace poco más de un año, la Ley 40 Horas dejó de ser solo un titular para transformarse en un cambio concreto en las empresas chilenas. Esta normativa, que reducirá gradualmente la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales para 2028, ya alcanzó su primer hito en abril de 2024 con la reducción a 44 horas.
Pero el desafío va mucho más allá de ajustar contratos o relojes, es un cambio cultural profundo que redefine cómo trabajamos, cómo medimos la productividad y cómo cuidamos el bienestar de los equipos.
A continuación, te compartimos 5 aprendizajes claves para entender qué hemos aprendido hasta ahora, y cómo prepararnos para las siguientes fases.
El primer año fue una etapa de ajustes, diagnósticos y mucha conversación interna.
Empresas grandes, medianas y pequeñas comenzaron a aplicar gradualmente las reducciones, ya sea adelantando horas libres o implementando viernes cortos.
Según Buk, que analizó en su estudio más de 259.000 contratos en 6.500 empresas, estos son algunos datos importantes a un año de la implementación de la Ley:
🎯 Los contratos de 45 horas disminuyeron del 74% al 14% entre marzo y mayo de 2024, mientras que solo un 7% de los contratos ya estaban en 40 horas.
🎯 Las grandes y medianas empresas avanzaron más rápido en su adaptación, mientras que las micro y pequeñas presentaron transiciones más lentas, reflejando brechas organizacionales en capacidad técnica y recursos.
🎯 Por sectores, destacan en cumplimiento los rubros de alojamiento, comida, entretención y servicios de apoyo (cercanos al 100 %) y comunicaciones, minería y finanzas, que se ubican en torno al 83%.
Sin embargo, más allá de las cifras, lo que destaca es que las organizaciones que trabajaron con anticipación lograron una transición más ordenada, evitando el clásico “apagar incendios” de última hora.
Reducir la jornada, en papel, no es lo mismo que hacerlo en la práctica y las áreas de RRHH han debido enfrentar retos cotidianos, como:
Entre las buenas prácticas que están marcando la diferencia en las empresas, podemos destacar las siguientes:
La flexibilidad es uno de los grandes beneficios de la Ley 40 Horas, abriendo espacio para innovar en nuevos modelos de jornada, y las empresas más ágiles han aprendido y aprovechado esta oportunidad al máximo. Según especialistas de la Universidad de Chile, algunas tendencias que están tomando fuerza en Chile en esta área son:
✅ Jornadas comprimidas: Trabajar más horas algunos días para liberar otros.
✅ Bandas horarias: Definir rangos flexibles de entrada y salida.
✅ Turnos rotativos con foco en bienestar: Considerando necesidades personales y familiares.
El desafío en este punto no es solo operativo. La flexibilidad requiere líderes que midan resultados, no permanencia, y equipos que sepan autogestionarse.
Aquí se abren preguntas estratégicas: ¿Cómo capacitamos a los líderes para manejar estos nuevos esquemas? ¿Cómo generamos confianza mutua? En este proceso es clave contar con líderes empáticos, que midan resultados y no las horas frente al computador.
De hecho, un 77% de las personas considera que la flexibilidad laboral es el beneficio más valorado después de la reducción de jornada.
El teletrabajo ha planteado desafíos particulares en esta materia:
Acá te contamos algunos tips que están ayudando a las empresas a lidiar con estos desafíos:
💻 Implementar software de registro horario amigable.
📅 Fijar reglas claras de disponibilidad (y respetarlas).
🎯 Formar a los líderes en gestión remota, no solo en objetivos.
🛠️ Utilizar herramientas de gestión colaborativa (como Asana, Trello o Notion).
⏳ Instaurar la idea de tener reuniones efectivas (menos y más breves) ha sido clave para sostener equipos híbridos sin sobrecarga.
Sin duda, el éxito en entornos híbridos no depende solo de la tecnología, sino de construir confianza y claridad.
Reducir horas sin tocar sueldos puede parecer fácil en la teoría. Sin embargo, en la práctica genera nuevas conversaciones en torno a:
Las empresas que se están haciendo cargo de estas problemáticas están apostando por:
❤ ️ Programas de bienestar reales (no solo yoga online).
🏅 Reconocimiento constante.
📈 Escuchar activamente cómo se vive el cambio en el clima laboral.
Estas iniciativas han surgido porque, al final del día, las personas no solo quieren tiempo, sino que necesitan sentirse valoradas, escuchadas y verse a sí mismas como parte de un proyecto sostenible. Sin duda, cuando las personas sienten que la empresa respeta su tiempo y bienestar, mejora el compromiso, la retención y el clima organizacional.
La ley seguirá avanzando de la siguiente manera:
Con el fin de cuidar y fomentar el correcto desarrollo de esta ley, el Ministerio del Trabajo lanzó el Sello 40 Horas, una certificación que distingue a las empresas que se anticipan a los plazos, fortaleciendo su marca empleadora.
Las empresas que miran más allá del cumplimiento legal están:
✅ Rediseñando procesos con tecnología.
✅ Reforzando su propuesta de valor para atraer talento.
✅ Construyendo culturas organizacionales más humanas y adaptativas.
Como ves, la Ley 40 Horas no es solo una normativa; es una invitación a evolucionar, y las áreas de RRHH tienen la oportunidad de posicionarse como actores estratégicos, acompañando este cambio con visión, creatividad y foco en las personas. Quienes lo hagan bien se convertirán en los lugares donde todos quieren trabajar.
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