“Me di cuenta de que tenía que hacer algo... No podía quedarme atrás”

Su apellido Alegría coincide con su modo de abordar esta entrevista. Sergio es ex alumno de dos diplomados de eClass, y si hubiese que describirlo se podría decir que es un hombre que siempre habla sonriendo. Hace chistes y realiza análisis profundos en medio de una misma conversación. Se nota que es feliz en su trabajo y valora la gran confianza que sus jefaturas tienen depositadas en él.

Un publicista viajero

La historia laboral de Sergio es muy especial y sorprende.

“Soy de una familia Sodimac”. Su papá jubiló en la empresa hace pocos años, su señora Laura es ingeniero comercial de la firma y su hermano Diego uno de los abogados de la importante cadena de comercio para el hogar. Sergio no fue la excepción y comenzó su carrera en Sodimac hace 17 años, cuando era un joven publicista lleno de sueños.

Actualmente es Coordinador de Proyectos Comerciales, y cuando se le pregunta en qué consiste su trabajo lo explica en fácil: “Imagínate un Sodimac totalmente vacío. ¿Cuál es mi misión? Soy el encargado de que los productos lleguen a las tiendas”. Una tarea no menor.

El amante de la historia y “los datos freaks”, como dice él, intentó estudiar ingeniería comercial hace algunos años. “Cuando contaba que estudié publicidad, muchas veces algunos te veían como el hermano pobre del ingeniero comercial”.

Reconoce que intentó obtener ese título universitario por un tema de ego familiar, pero no fue posible. Los tiempos y las distancias no se lo permitieron. En su trabajo tiene que viajar muchísimo y con gracia bromea diciendo que “está Pancho Saavedra y después vengo yo, “aludiendo al programa de TV “Lugares que hablan” y sus innumerables travesías.

“Me pareció muy atractivo que los profesores fueran personas que estaban en el peak de algún cargo”

Sergio necesitaba estudiar, pero con un programa que conjugara el prestigio y la flexibilidad.

Hace 10 años, y cuando sólo tenía un pequeño hijo, recibió en su correo información sobre un diplomado semipresencial de eClass.

Una situación particular en su trabajo lo hizo interesarse en esta metodología de estudio. “Hace mucho tiempo participé en una reunión para cambiarme de puesto al interior de la Compañía, y en esa entrevista quedé bastante colgado con muchos términos. Eso suele ocurrir cuando al terminar una carrera uno no se va actualizando. Esa experiencia hizo un clic un mí y me di cuenta que tenía que hacer algo porque no podía quedarme tan atrás” comenta.

Fue así como inició el Diplomado en Gestión Comercial y reconoce que “fue una apuesta, porque en ese tiempo la educación digital no estaba muy en boga y el resultado fue muy bueno”. La experiencia superó sus expectativas.

Valoró que pudiera administrar no sólo sus tiempos, también que pudiera escuchar a los profesores desde un hotel en Vallenar, o mientras se desplazaba a una nueva tienda en el sur. “Me pareció muy atractivo que los profesores fueran personas que estaban en el peak de algún cargo, sus aportes eran muy concretos y daban tips aplicables al contexto de cada uno”.

“Cuando ya estás inmerso en el mundo laboral, un diplomado te entrega las mismas herramientas que una carrera tradicional”

Pasó una década, creció la familia y Sergio ya era el orgulloso padre de dos hijos. Jamás pensó que una pandemia mundial lo haría reencontrarse con eClass. En realidad, sincerémonos, jamás pensó (al igual que todos los que leen esta historia) que sería testigo de la presencia de un virus que encerraría al mundo en sus casas.

Esta vez su elección fue el Diplomado en Dirección de Proyectos. ¿La razón? “mi trabajo me hace rodearme de muchas personas que manejan términos de alta especificidad” y Sergio quiso volver a encender su botón interno y actualizar sus conocimientos para relacionarse de la mejor manera con todas sus contrapartes. “Fue un programa de estudio muy didáctico y claro. Con contenidos muy actualizados y la utilización de conceptos que se están utilizando hoy en día”.

Comenzó a estudiar tranquilamente en su hogar, pero cuando se volvió a cierta normalidad, la alta demanda laboral lo hizo aprovechar cada minuto para ponerse al día. “Te confieso que en la última etapa del diplomado terminé estudiando en el avión. Descargaba la información y me iba leyendo durante el viaje. Con un destacador, a la antigua” cuenta entre risas.

Sergio no sólo ha cambiado su estilo de vida en los últimos años, comenzó a alimentarse mejor y a correr todas las semanas… también su opinión sobre las carreras tradicionales ya no es la misma:

“Descubrí que, para mí, hoy no es necesario ser ingeniero comercial. La sociedad chilena lamentablemente aún es muy prejuiciosa con los títulos. Sin embargo, cuando ya estás inmerso en el mundo laboral, un diplomado te entrega las mismas herramientas que una carrera tradicional, e incluso las aprovechas de mejor manera”. Sergio se despide, debe partir a Talca, una nueva tienda lo espera.