Nueva Ley de Delitos Económicos: ¿Cómo impacta el Compliance Corporativo?

El mundo corporativo se enfrenta a un nuevo escenario con la reciente modificación de la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas en Chile. Este cambio no sólo ensancha el catálogo de delitos, sino que también recalca la imperiosa necesidad de inculcar una cultura ética que sobrepase los requerimientos legales. ¿Quieres conocer más sobre este cambio? ¡Acá te lo contamos!

En un entorno empresarial en constante evolución, la reciente modificación en Chile de la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas (N°20.393) presenta tanto desafíos como oportunidades significativas para el mundo corporativo.

La ampliación del catálogo de delitos, incluyendo aquellos contra el medio ambiente y otros que se catalogan como económicos, subraya la creciente importancia de la ética en los negocios. Y es que no se trata simplemente de ajustarse a las nuevas normativas, sino que es relevante integrar la ética como fundamento de la cultura corporativa.

Las empresas que ya han implementado programas de compliance efectivos pueden respirar con tranquilidad, ya que este cambio legislativo no solo es una oportunidad para revisar y mejorar sus políticas y controles existentes, sino también para reafirmar su compromiso con la integridad y la responsabilidad social.

Hoy más que nunca, es crucial que las organizaciones se adelanten a los riesgos potenciales, adaptando sus estrategias de prevención de delitos, en lugar de esperar a que la ley les imponga cambios.

¿Qué novedades trae la nueva Ley de Delitos Económicos?

Esta nueva Ley apunta a mitigar la sensación de impunidad en aquellos crímenes conocidos como de "cuello y corbata". Además, también recalca la responsabilidad penal que pueden tener las personas jurídicas si no cuentan con un programa de compliance adecuado.

Esto significa que, si bien los riesgos específicos pueden variar según el sector, la empresa debe realizar un análisis detallado de sus operaciones y adaptar sus procedimientos de acuerdo con los riesgos identificados.

Con esta nueva Ley las empresas no solo deben preocuparse por los cambios legislativos, sino también por actuar éticamente. Esto implica revisar y entender el ambiente de riesgo cambiante, como el incremento en la ciberdelincuencia.

Debido a esto, un buen programa de compliance deja de ser visto como un gasto, sino como una inversión esencial que refleja la esencia de la organización y su papel en la sociedad.

Sin embargo, la nueva Ley también recalca que para evitar la responsabilidad penal no basta con tener un programa de compliance, sino que este debe ser efectivo. ¿Cómo se mide esa efectividad? a través de:

• Implementación de políticas claras.

• Análisis de riesgo.

• Establecimiento de responsabilidades específicas dentro de la organización.

• Evaluación independiente de terceros.

Para las empresas que han internalizado la prevención de delitos, la nueva ley reafirma la necesidad de contar con controles y políticas efectivas. Además, pone de manifiesto que el compliance debe ser práctico y fácil de seguir. 

Nuevos desafíos en el compliance

Con la inclusión de delitos económicos y ambientales, las organizaciones deben adaptar sus estrategias de compliance. Esto implica no solo conocer el nuevo espectro de riesgos, sino que también actuar proactivamente para mitigarlos, independientemente de su naturaleza legal. Poniendo énfasis en:

• El rol del compliance en el mundo digital: La ciberdelincuencia representa un desafío creciente. En este contexto, el compliance debe evolucionar constantemente, guiándose siempre por la ética.

• La simplicidad como principio de efectividad: Un programa de compliance complejo es contraproducente. La nueva Ley recalca la importancia de políticas y controles sencillos y eficaces, que se traduzcan en acciones claras y coherentes con los valores de la empresa.

• Capacitación en ética como una inversión inteligente: Las capacitaciones ofrecidas en esta área son una inversión en el capital humano y ético de la empresa. Esto asegura un entendimiento profundo de la integridad como pilar del éxito sostenible.

Sin duda, la Ley de Delitos Económicos es un llamado a que las empresas pongan la ética y el compliance en el centro de su estrategia de negocios. Más allá de cumplir con la ley, es una oportunidad para que las organizaciones revisen y fortalezcan su compromiso con la integridad y la responsabilidad social. 

Nuevas penas y reglas de aplicación para los delitos económicos

La creación de la denominación de los delitos económicos se hace con el objetivo de establecer y aplicar un estatuto común en materia de penas accesorias, restringiendo los beneficios al momento de cumplir las penas privativas de libertad.

Con esta nueva ley, califican como delitos económicos aquellos que están expresamente calificados así, además de otra serie de figuras que dependen de las condiciones o las personas que cometen los delitos. Entre los nuevos delitos considerados en esta ley encontramos:

• Uso no autorizado del secreto profesional.

• Violación del secreto comercial.

• Delitos medioambientales.

• Estafa informática.

• Fraude de remuneración.

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