Classroom.tv: La sala de clases del futuro

Escrito por: Equipo eClass

Eduardo Abeliuk aterriza en Chile directo de Silicon Valley con Classroom.tv. Un emprendimiento nacional de alto impacto que promete llevar educación de calidad a gran número de personas y a muy bajos costos. Todo a través de la tecnología.

Encontrarse con Mark Zuckerberg o Larry Page en una cafetería de Palo Alto no es nada tan fuera de lo común para el chileno Eduardo Abeliuk. Este emprendedor serial convive con peces gordos en un mar de buenas ideas con sede en Silicon Valley, lo que le ha servido para inspirarse, generar networking y desarrollar sus propios negocios. Con un par de exitosos emprendimientos a su haber, hoy Eduardo aterriza en Chile con Classroom.tv, una idea que promete llevar educación de calidad a gran número de personas y a muy bajos costos; todo a través de la tecnología. 

En esencia, Classroom.tv consiste en una plataforma tecnológica que permite reproducir clases gratuitas de las mejores universidades del mundo, como Harvard, Yale o Berkeley, a través de la web. El sitio cuenta con más de 13 mil clases de diversas materias, desde lenguaje hasta mecánica y ya generaron alianzas para replicar el modelo con la Universidad Católica y la Universidad de Chile. A mediano plazo, el desafío es llegar a todo el continente.

La oportunidad

La idea comenzó a gestarse a fines de 2010, mientras Eduardo terminaba su PhD en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Stanford (California). Las motivaciones fueron múltiples, por una parte, vio cómo se disparaban los costos en el área de la educación superior; no sólo en el caso chileno, sino también en Estados Unidos y Canadá. “En los últimos 25 años, los aranceles en educación en Estados Unidos han subido mucho más que en el sistema de salud o los salarios promedio. La deuda educacional ya alcanzó el trillón de dólares”, señala.

Así, por una parte existe un sistema que se hace cada vez más costoso, influenciado por la alta demanda de educación de calidad. Y por otro lado, Eduardo explica que el sistema casi no se ha renovado en los últimos mil años. “Ahí se ve la gran oportunidad que significa hacer uso de la tecnología para poder llegar con educación de calidad a las masas”.

En paralelo, la oportunidad se completa al analizar cómo en los últimos 15 años han bajado los costos para almacenar y distribuir información online. Asimismo, la familiaridad con las redes sociales y la penetración de internet en el mundo en los últimos 10 años ha sido tremenda. 

De este modo, Abeliuk afirma que se están dando ciertos elementos que no sólo permiten llegar con educación superior de calidad a gente que antes no era posible y a menor costo, sino que también permite introducir otros cambios y paradigmas en la forma de enseñar. “Gracias a la tecnología la educación se vuelve mucho más personalizada, los alumnos pueden aprender a su propio tiempo y ritmo, y seguir los intereses que prefieran”.

Producto mínimo viable

Luego de la etapa de “descubrimiento” de la idea (fines de 2010) lo primero que hizo Eduardo fue desarrollar la plataforma tecnológica durante 2011, intentando compatibilizar sus tiempos de estudio con el emprendimiento. Al finalizar su doctorado decide compartir la idea y comenzar a formar el equipo, primero se unen dos amigos con perfil técnico, más adelante se agregan dos más y hoy ya están constituidos por 15 personas con funciones establecidas y con oficina en Santiago. “Todos creíamos en la visión de lo que queríamos conseguir y teníamos destrezas complementarias”. 

Por su parte, vieron que había una tendencia a nivel mundial por comenzar a liberar conocimiento al mundo entero, haciéndolo más abierto y gratuito. Muchas instituciones prestigiosas, como Stanford, Harvard, Berkley o MIT, estaban digitalizando contenido en imagen, para luego abrirlo al mundo para que cualquiera pudiera ver sus clases. “Muchas instituciones son muy cautelosas en abrir y compartir su contenido, pero la tendencia va hacia otra dirección”, comenta Eduardo.

Ante ello y con la plataforma ya creada, desarrollaron una primera versión a puertas cerradas, un producto mínimo viable con el que pudieron salir del escritorio para comenzar a conversar con instituciones y ver si lo que estaban desarrollando tenía realmente valor en el mundo real. Partieron depositando el contenido de universidades de Estados Unidos, para luego seguir con Chile, específicamente con la Universidad Católica. 

Por su parte, desarrollaron distintas herramientas, que permiten crear contenidos, clases y cursos donde el componente central es audiovisual, pero además se agregan evaluaciones que luego pueden ser revisadas de manera automática por la plataforma.

El testeo consistió en un curso de matemáticas de verano, con un máximo de 50 alumnos y 40 sesiones online. La elaboración de las evaluaciones para los alumnos corría por cuenta de la universidad, mientras que ellos se encargaban del traspaso de este contenido a la plataforma. 

Asimismo, la tecnología permite que la institución pueda ver gráficos y curvas con el perfil de cada alumno, cuántos contestaron las evaluaciones, en qué temáticas hubo más problemas y qué profesores resultaron más complejos de comprender, entre otros factores. 

“Se pueden entregar todas esas estadísticas para que la universidad tenga la información y ver si se puede ayudar a tiempo a los alumnos para que no reprueben el curso”, agrega Abeliuk.

Validando hipótesis

Gracias al testeo, comenzaron a llegar muchos comentarios de los usuarios, como también de los creadores del contenido. Como los resultados fueron positivos, pocos meses después quisieron escalarlo. Hoy ya tienen mil clases, con miles de alumnos que han usado el sistema. 

Sin embargo, el testeo también arrojo feedback que sirvió para validar las hipótesis iniciales. Partiendo por cosas simples como el diseño de la interfaz. “Pensamos que habían ciertos atributos que eran importantes y que los usuarios iban a descubrirlos de cierta forma, pero ello no siempre ocurrió”, recuerda Eduardo. 

La interrogante estaba en que si ello ocurría porque esos elementos no tenían valor, por diseño o por usabilidad. “Ahí comenzamos a iterar estos atributos, modificando y cambiando la interfaz si era necesario”. Por ejemplo, Classroom.tv digitaliza clases de una hora y hasta una hora y media, pero gracias al testeo descubrieron que era más valorado por los usuarios tenerlas fragmentadas, en un video concepto de 5 ó 10 minutos. “Lo que hacemos es generar un mapa de todos los videos concepto que se hablan en esa clase”, explica Abeliuk.

En adición, desarrollaron ciertos ejercicios intercalados, que consisten en que el video se detiene en algún punto del timeline y los usuarios tienen que contestar. A pesar de que su core business es el desarrollo de la tecnología y la institución se encarga de generar el contenido, tampoco descartan crear el propio a mediano o largo plazo.

El plan de negocios

Abeliuk destaca que el desarrollo de la plataforma nunca paró, ya que es muy importante poder hacer un desarrollo de producto continuo, y en paralelo encargarse de los clientes o customer development. “Se trata de iterar el producto y también el modelo de negocios, viendo qué genera más valor para las empresas”, señala. Así, la mitad del equipo de Classroom.tv desarrolla la tecnología y la otra se encarga del customer development o desarrollo de clientes. Todo, con reuniones de coordinación y alineación entre ambas áreas. 

Fue así como iban adaptando su propuesta tanto en pregrado como en educación continua. Por otro lado, comenzaron a adentrarse y comprender el mundo corporativo y las necesidades de capacitación que tenían para sus colaboradores. “Usamos gran parte de la tecnología existente, sin embargo, lo que proponemos son cambios con ciertos elementos en común, pero con ciertos matices diferentes de acuerdo al tipo de cliente”, explica Eduardo.

En este sentido, aunque hayan tenido un plan de negocios definido, y que sirvió para tener un mapa de ruta e idea del potencial del negocio, Abeliuk señala que luego se van validando esos supuestos, “pero hay que ser abierto y flexible para entender que el plan de negocios va cambiando y es más bien un ejercicio de autoayuda”. 

Durante 2012 se enfocaron en Chile, a fin de validar su tecnología y darse cuenta que genera valor, ratificando a su vez el modelo de negocios. Hoy, están comenzando a salir fuera de Chile para luego extenderse a Latinoamérica, pero sienten que lo que tienen es un producto global que podría llegar a todo el mundo. “Estamos comenzando a ser rentables con los primeros clientes y ahora viene la fase de optimizar ciertos procesos para ser escalables y crecer fuera del país”. 

Estos procesos tienen que ver con las unidades de negocios, optimizar los costos, tasas de conversión, eficiencia y estrategias de distribución y marketing, a fin de salir al mundo de la forma más eficiente posible.

El financiamiento

Abeliuk cuenta que uno de los riesgos principales al emprender con Classroom.tv fue el eterno desafío que representa el financiamiento. Al comienzo partió con capital propio y de inversionistas Ángeles, y con el plan de negocios pudo postular y ganar algunos fondos de inversión. 

“Fue un proceso complejo, ya que hay que buscar capital de riesgo y son muy pocos los inversionistas de este tipo acá en Chile, aunque está el programa “Start Up” para ayudar a que se genere un ecosistema de emprendedores. En Estados Unidos, por su parte, hay más capital de  riesgo, pero las exigencias son muy altas y la competencia es muy potente”. En la actualidad, están abiertos a una ronda de inversión más importante.

Emprendedor serial

Facebook era una plataforma recién creada en 2004, y a través de una alianza con Stanford, creó "Facebook Class". Se trataba de un grupo selecto de estudiantes que ayudarían a crear nuevas aplicaciones para la naciente red social. Así fue como Eduardo creó “Kiss Me”, una aplicación inspirada en el evento "Full Moon on the Quad" que Stanford organiza cada año, y que consiste en que bajo la primera luna llena de otoño, los estudiantes se juntan para conseguir el beso de quien les guste. La aplicación fue tan popular que llegó a tener casi cinco millones de usuarios, y en 2009 fue adquirida por la empresa estadounidense SpeedDate.

Al año siguiente, para el Mundial de Sudáfrica 2010, Abeliuk creó la aplicación "Firme con la Roja" para que los chilenos enviaran su foto y formaran un gran lienzo que Sodimac entregó a la selección.

Sin embargo, Eduardo también ha incursionado en campos bastante diversos, pero relacionados con su tema de doctorado, como el de la genética y biológica. Hace seis años desarrolló un algoritmo para predecir nuevas moléculas, lo que fue validado por bioquímicos de Stanford y terminó siendo portada del Journal of Molecular Microbiology.

A raíz de ello comenzó un nuevo proyecto junto a tres compañeros de Stanford y Berkeley: TeselaGen Biotech, con oficina en San Francisco. Una plataforma tecnológica que ayuda a grandes empresas de biotecnología y a farmacéuticas a rediseñar la genética de microorganismos, para que estos puedan generar moléculas de alto valor, como fármacos, biocombustibles o bioquímicos en general, además de automatizar procesos de la industria y con ello reducir considerablemente los costos.

Sobre las diferencias en la cultura de emprendimiento entre Chile y Silicon Valley, Eduardo señala que las cosas están mejorando en el país, sobre todo con la iniciativa Start Up de la Corfo, ya que se está comenzando a generar un contagio por emprender. Sin embargo, aún existe un espíritu competitivo negativo en Chile. “En Silicon Valley, por ejemplo, hay una cultura mucho más colaborativa, versus una mucho más competitiva de acá en Chile, como tener miedo de que te roben la idea o pensar que la idea es todo”. Agrega que en Palo Alto el valor está mucho más en la ejecución, ya que hay varias ideas buenas, pero el paso a ejecutar es lo importante. 

“Las ideas son tan ambiciosas que si no se comparten resultan muy complejas de ejecutar, por lo que se deben generar equipos. La gente en general es más colaborativa, se apoya y ayuda mucho más”, resume.

Ahora que viste el caso puedes profundizar en la teoría leyendo la clase de este caso.

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